La Rubia de Discoteca

Tun –tun-tun-tun…(Suena la música electrónica)

Ella se pasea con soltura entre la gente. Mueve la cabeza al ritmo de la música como quién asiente a preguntas en el aire que sólo pueden ser escuchadas en el vacío de su cerebro. El cigarro se consume en su mano, porque no fuma, pretende fumar para parecer cool.

Tun –tun-tun-tun…(Sigue la música electrónica)

Con la sonrisa frisada tal como la reina de belleza que pierde la corona, camina por la discoteca saludando a todo el que le pasa por en frente aunque no lo conozca. Llega la amiga se saludan con dos besos (uno en cada mejilla) y van al bar. Piden los ya clásicos Cosmopolitan y siguen el bonche.

Tun –tun-tun-tun…(Persite la música electrónica)

Se encuentran con ellos, buitres de jevitos, que las esperaban. Se abrazan, se besan, empienzan la danza en el ritual de semblanza primitiva del rave. Brincan, sacuden la cabeza, consumen en el tiempo las superficiales conversaciones que puedan surgir.

Tun –tun-tun-tun…(Termina la música electrónica)

Es hora de irse. La rubia de discoteca se monta en la Jeepeta y se va para su casa. Mañana será otro día. El bonche nunca termina…